Ausencia Culinaria (Ruido termporal)
Ciertos días,
cuando los pasos se dejan llevar
cuando los pasos se dejan llevar
por el sopor de una ventisca
herrumbrada,
cae sobre los árboles
un meditabundo viajero.
Abro paréntesis
Solitario y desierto
ajeno y propenso
pensante y complejo
Y el chirrido que me explota
el caracol con aceitunas y salsa.
De pronto silencio. Las ruedas
que aúllan los pasos de trogloditas
cantan sonatas de pichones clonados.
Que si fuese la estructura el camino
para el extranjero afano,
que si fuese la luna
tinta de limones agrios.
Como si supiera, de repente,
la penúltima oración
de los cantos de la mano tornasol.
Por eso, llano
obtuso y oxidado
el suelo pisa claro.
Y no se cierra.