Monday, August 11, 2008

Saturday, August 9, 2008

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La pregunta yacía en el fondo de la pantalla escuálida, con ese tintinear de estrella a punto de morir. El foro permanecía en silencio, atento, sonámbulo. Y parpadeaba al ver los pomposos nombres de los opinantes: inminent_claw, sensei_dulce, carademarfil. Todos una sombra, un ojo, un cabello pero nada más. La pregunta yacía rota en el fondo de tu pantalla. El cursor tintineando, como si eso te incitara a agarrarlo por las bruces y desplomarlo en un centenar de palabras. Pero no. Hoy no. Llevabas más de tres horas leyendo las opiniones. Primero las efímeras respuestas del sentido de la vida, del pasar de los años, de tu edad, de tu sexualidad, afinidad político-religiosa y hasta el color de tu calzón. Que si la mayéutica, que si la dialéctica de Hegel, que si la esquizofrenia, que si el sexo, que si los perros. Que porqué la gente busca la filosofía. Tres páginas más tarde inminent_claw le magullaba el muslo a sensei_dulce y éste a su vez le lanzaba palabras redondas, como bombas de agua sucia. Una sarta de insultos y el foro se transformaba en una facilidad ópera de mercado. De un lado los clásicos muertos con sus dilemas de la verdad, del otro lado dos existencialistas besándose y jurando amor eterno por su momento histórico y en medio toda la bandada de optimistas buscando con unas varitas el New Age perdido entre las telarañas del foro. Y el cursor seguía ahí, impávido, anémico, esperando. Te preguntabas que labios usaba inminent_claw a dario, que si era un bibliotecario jubilado, con la cara alargada, una arracada en el labio inferior y un chaleco a cuadros. O a lo mejor una niña, con colita de caballo, oliendo a jazmines y enfrascada en un dilema existencial entre Hello Kitty y Nightwish. Y luego imaginaste a sensei_dulce, un traficante de malvaviscos rellenos de Kalhúa o a lo mejor un monseñor atiborrado en santos óleos armado hasta el gorrito con una colección de fotos de candidatos a acólito, o Morgan, la recepcionista de un edificio con plaga de hongos. Las posibilidades eran infinitas y dado el confort del anonimato, los suscriptores bien podrían ser todos o ninguno. Creo que eso es lo que tenías en común con ellos. Tanto el bibliotecario, como Miss Hello Kitty-Nightwish, y Morgan. Un montón de letras, sin sentido, un alarido en una tormenta marina, un llanto de un dios ciego y loco. Y el cursor, el único todavía creyente, obstinado pese a su escuálida e intermitente condición seguía esperándote. Qué porqué la gente busca la filosofía. Y te acordaste de todas las madrugadas cuando sentías una presencia a tu lado, y te emocionabas para decepcionarte. No había nadie más que un libro a tu lado. Pero no puedes vivir en tu monasterio, copiando manuscritos a diario. Por eso me buscas, por eso te busco., Por eso te maldigo por siempre y te acoso. Y te traicionan los dedos. No te atreves a teclear, a escribir, o lo que sea. Estás solo, igual que tu cursor. Tintineando. Hasta mi juicio frente a Ma’at. Sólo espero que traigas tus conjuros pegados a mi corazón. Para que no me traicione. Carademarfil sálvame.

Wednesday, August 6, 2008